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Nancy

Poemas

Te extraño!

Siento un vacìo en el corazòn.
Ven a rescatarme,
me estoy hundiendo,
en un pozo sin fondo.

Anhelo tu regreso,
tus manos y tu beso,
eres el aire
que necesitan mis alas.

Una sola palabra
una sonrisa
es lo que me falta
para volar tranquila.

No creo que tú lo sepas

¿Tú sabes del vacío
que dejas en mi alma
cada vez que te marchas
sin decir: ven conmigo?

¿Tú sabes la tristeza
con que lloran mis ojos
cuando yo te despido
después de estar conmigo?

¿Tú sabes de las noches
que paso en vigilia,
de los amaneceres
sin tenerte conmigo?

No creo que tú lo sepas.
Porque si lo supieras
me llevarías contigo
o aquí estarías conmigo.

Querer es llorar

No me extraña.
Yo lo sabía.
Que volver a querer
era volver a llorar.

Para no extrañarte

Para no extrañarte
me tragaré a puños
todos los recuerdos
de ayer, míos y tuyos.

Para no extrañarte
me arrancaré, loca
todos esos besos
que aún siento en mi boca.

Para no extrañarte
me beberé lento
todos, uno a uno
los bellos momentos.

Para no extrañarte
cavaré una fosa.
Me enterraré viva
con todas tus cosas.

Qué soy?

Soy una sombra indefinida del mañana...

infierno

Me encuantro en un laberinto sin retorno,
buscando respuestas a preguntas que aun no me hago,
hablando con almas mudas
fumando cigarros interminables,
nadando en arenas movedizas
que me jalan al fondo de infierno.
Danzo al son de los lamentos.

Alas

Como una sombra hecha por una vela cuando se va la luz...
Tan insignificante como el sonido de un alfiler al caer...
Incolora como el agua de lluvia...
Insípida como el aire de invierno...
Pero con ganas de volar

Mis alas estan rotas,
Cómo reprarlas?
Cómo hacer que vueles a mi lado?
Como aquella primera vez.

Volar

Enseñame a volar
no me dejes caer
mis alas estan débiles
volaré a tu lado
hacia un nuevo amanecer.

Cachitos

Porqué mis sueños huyeron,
y mis amores volaron,
mis esperanzas murieron
y los que placeres fueron
luto en el alma dejaron.

Hora tras hora solitaria perdida
envuelta en bruma de oriental pereza
es mi goce sufrir con el recuerdo,
entregada al placer de la tristeza.

Entre brumas tenebrosas
los errores siempre imperan
y aqui mas cambios se operan
de palabras, que de cosas.

Sensacion

Sentarme al sol cuando hace frío,
esa sensación de calor en el cuerpo,
Así me siento cuando estas conmigo.

Soñe

ha sido un largo sueño, y tú estabas conmigo...
soñe que me amabas, que me abrazabas y me acariciabas...
tus ojos me decian todo,
no hacian falta las palabras,
no nos faltaba nada,
todo era amor y consuelo.

Lastima que todo haya sido un sueño,
lastima que solo pueda tenerte entre sueños.
Te amo tanto y tu estas cambiando.
No lo entiendo te doy todo
y tu indiferencia me mata.

Miedo

Miedo Cuando te conocí, tuve miedo de mirarte,
Cuando te ví, tuve miedo de hablarte,
Cuando te hable, tuve miedo de querete
Y ahora que te quiero
Tengo miedo de perderte.

Tu nombre

Trato de escribir en la oscuridad tu nombre. Trato de escribir
que te amo. Trato de decir a oscuras esto. No quiero que nadie se
entere, que nadie me mire a las tres de la mañana paseando de un
lado a otro de la estancia, loco, lleno de ti, enamorado. Iluminado,
ciego, lleno de ti, derramándote. Digo tu nombre con todo el silencio
de la noche, lo grita mi corazón amordazado. Repito tu nombre, vuelvo
a decirlo, lo digo incansablemente, y estoy seguro que habrá de
amanecer.

Jaime Sabines

La Luna

La luna se puede tomar a cucharadas
o como una cápsula cada dos horas.
Es buena como hipnótico y sedante
y también alivia
a los que se han intoxicado de filosofía
Un pedazo de luna en el bolsillo
es mejor amuleto que la pata de conejo:
sirve para encontrar a quien se ama,
para ser rico sin que lo sepa nadie
y para alejar a los médicos y las clínicas.
Se puede dar de postre a los niños
cuando no se han dormido,
y unas gotas de luna en los ojos de los ancianos
ayudan a bien morir.

Pon una hoja tierna de la luna
debajo de tu almohada
y mirarás lo que quieras ver.
Lleva siempre un frasquito del aire de la luna
para cuando te ahogues,
y dale la llave de la luna
a los presos y a los desencantados.
Para los condenados a muerte
y para los condenados a vida
no hay mejor estimulante que la luna
en dosis precisas y controladas.

Jaime Sabines